Por Clemencia Anaya Maya – Vicepresidenta Academia Olímpica Colombiana
Si bien es cierto que la Carta Olímpica escrita por Pierre de Coubertin nos dice que el “Olimpismo es una filosofía de vida que exalta y combina las cualidades del cuerpo, la voluntad y el espíritu y que al asociar el deporte con la cultura y la educación, el Olimpismo se propone crear un estilo de vida basado en la alegría del esfuerzo, el valor educativo del buen ejemplo, la responsabilidad social, y el respeto por los principios éticos fundamentales universales”, este objetivo debe pasar de la teoría para trascender en las actividades, planes y programas de todos los países que cuentan con un Comité Olímpico Nacional y por qué no, con un Ministerio del Deporte estatal.
En efecto unir el deporte con la educación y la cultura es un mandato de la Carta Olímpica, y es mi interés dar a conocer hoy cómo se puede trasladar este principio fundamental del Olimpismo por ejemplo a los eventos multideportivos y por ende a todos los torneos de las distintas disciplinas que ofrece hoy el deporte.
A continuación les voy a compartir un sencillo aporte del Olimpismo que desarrollamos durante la organización de los IX Juegos Suramericanos celebrados en Medellín en el 2010. Para empezar, lo primero que hicimos fue “olimpizar” a todo el equipo de trabajo del Comité Organizador, empezando por la Directora General, la Dra. Alicia Vargas Restrepo. De esta forma se fortaleció la organización desde la filosofía del Olimpismo y todos los aspectos que se manejaron en esos Juegos se rigieron por lo establecido en la Carta Olímpica.
Siempre he creído que si la creación del Comité Olímpico Internacional por allá en 1894 dio lugar a la posterior creación de los Comités Olímpicos Nacionales y que a su vez estos organismos deportivos se esfuerzan por llegar a la fiesta cuadrienal más importante sobre la tierra, deben seguir entonces en todos los niveles y en todos los eventos las disposiciones de la Carta Olímpica.
Así las cosas fueron fluyendo desde los principios fundamentales del Olimpismo. La Organización de los IX Juegos Suramericanos 2010 acogió en el marco de los Juegos, con el liderazgo del área de Comunicaciones, el Plan Municipal de Lectura “Medellín, una ciudad para leer y escribir” en asocio con la Fundación Taller de Letras Jordi Sierra i Fabra y realizó el programa Atletas de las Letras, estrategia del XVIII Juego Literario de Medellín. La estrategia tenía por objetivo vincular, por medio de la lectura, a los niños, niñas y jóvenes de las comunidades cercanas a las bibliotecas públicas, a las diferentes disciplinas deportivas que competían en nuestra ciudad en el marco de este evento deportivo. Durante dos meses compartieron, por medio de la literatura, y de sus experiencias deportivas, el conocimiento de un deporte en específico.
De esta manera, en la Biblioteca Pública La Floresta se la jugaron por el Boxeo, en el Parque Biblioteca León de Greiff – La Ladera se sumergieron en Nado Sincronizado, mientras que en la Biblioteca Pública Popular 2 remaron con el Canotaje. En total, trece espacios eran los visitados por la mezcla del deporte y las letras. Ocho bibliotecas públicas vinculadas a la Secretaría de Cultura Ciudadana y cinco Parques Bibliotecas para un beneficio, aproximado, de 300 niños y niñas.
Ustedes se preguntarán y por qué tanto interés en este sector de la ciudad? Pues ese es uno de los objetivos del Olimpismo, acercar las comunidades a la filosofía olímpica y generar un impacto desde la organización de un evento multideportivo que hace parte de la estructura del movimiento Olímpico, de tal forma que todas las manifestaciones de educación, cultura y deporte aporten a la formación del ser humano en busca de la excelencia en todos los niveles y áreas del deporte. Porque la palabra del deporte tiene un profundo significado en la formación de cultura.
La estrategia desarrollada constaba de cuatro partes: durante dos meses la ejecución de los talleres, en los que por medio de lecturas en voz alta, creaciones colectivas y actividades didácticas que con la excusa del deporte, los niños, recorrieron las letras; un segundo momento era la visita que los niños realizaban a los escenarios deportivos, conociendo en campo y mediante la asistencia a competencias el deporte que estuvieron leyendo; un tercer momento consistía en la visita que los mismos atletas realizaron a los espacios donde se llevaron a cabo los talleres. De esta manera los niños podían preguntarles directamente todas sus dudas. A un boxeador venezolano se le preguntó por ejemplo: “¿por qué pelean?”, en San Sebastián de Palmitas planearon hacer una “vaca” y comprar una torta para el atleta, “llevárselo para una manguita y comérsela por ahí”.
Hubo tal motivación hacia esta experiencia que los promotores de lectura asistían a los talleres, no sólo como acompañantes, sino con la intención de replicar el taller a más niños de la comunidad.
El cuarto y último momento de la estrategia consistió en invitar a través de una carta a los Jefes de Misión de cada país a vincularse al programa: …”El sector donde ha sido construida la Villa Suramericana se ha convertido en un lugar donde la ilusión y la esperanza hacen parte de la vida de sus habitantes. En este caso el deporte ha sido el vehículo capaz de motivar en ellos el deseo de unirse a los Juegos para conocer de cerca a los atletas que conforman las distintas delegaciones de los quince países participantes”.
… “Que cada atleta y oficial de su delegación traiga un libro así sea usado y en buen estado, con una dedicatoria y su firma. Un libro no quita espacio en la maleta y puede motivar a niños, niñas y jóvenes a alcanzar sueños en la vida. El libro puede ser del tema que cada uno desee y en el idioma que quiera.
Si logramos que cada uno de los habitantes de la Villa Suramericana traiga un libro de cuentos, de historia, de deportes, de su país… habremos dejado una Biblioteca que le servirá a miles de personas que leerán su dedicatoria y encontrarán en sus palabras la fuerza para vencer la adversidad.”
La comunicación cerraba con una invitación a interactuar con los niños y niñas en las Bibliotecas y escenarios deportivos poniendo en práctica la filosofía del Olimpismo. El programa cobró aún más fuerza cuando los atletas y dirigentes salieron de la Villa Suramericana hacia Lucitania (ubicados en la Comuna 13 una de las más violentas en la época de Pablo Escobar y que con programas de inclusión social como este, se ha convertido hoy en un lugar turístico muy destacado de la ciudad) y compartieron una jornada en medio de cantos, bailes e intercambios de regalos de la comunidad para los atletas y viceversa. Con seguridad que todos quienes vivieron ese instante, llevarán muy gravado en su mente a los íconos del deporte suramericano descendiendo por las calles de la comuna para compartir con ellos que el deporte va más allá de la arena deportiva y trasciende en la sociedad como fuente de inspiración para contribuir a una filosofía de vida donde prima el respeto, la amistad y la excelencia.
Como resultado final del programa cerca de 400 libros donados por los atletas del continente quedaron en la Biblioteca de la Institución Educativa Las Flores (sede de la Policlínica de los Juegos).
Testimonio que nos llena de orgullo al saber que se multiplicó de muchas maneras esta estrategia, lo que no sólo demuestra la aceptación de la iniciativa Atletas de las Letras en una ciudad ávida por la literatura, sino que confirma la oportunidad que existe de convertir un evento del ciclo olímpico en la “palestra” contemporánea para reflexionar sobre la realidad del entorno y de este modo avanzar aportando al desarrollo social y cultural de los diferentes colectivos y comunidades.
Este sencillo ejemplo nos deja una reflexión acerca de los Juegos que en el contexto nacional se llevan a cabo y que intentan ser una réplica de los Juegos Olímpicos. Para cumplir el precepto olímpico mi recomendación es la de ampliar el espectro. Dar cabida a niños, niñas y jóvenes que desde la música, el arte, la literatura, la poesía, la danza y demás, pueden interpretar el deporte y manifestarlo desde su corazón de múltiples formas, pero sobre todo entender que el deporte va más allá de la arena deportiva para convertirse en parte de sus vidas al adoptar la filosofía del Olimpismo.
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